Las frases memorables de "El caudillo del pueblo" Jorge Eliécer Gaitán
Hoy se cumplen 75 años de su asesinato.
El caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán (1903-1948), de cuyo asesinato se cumplen este domingo 75 años, era un excelso orador cuyas ideas, expresadas con grandilocuencia, quedaron en la historia de Colombia como frases memorables.
Gaitán, que había sido candidato en las elecciones presidenciales de 1946, a las cuales el Partido Liberal acudió con dos candidatos y fue derrotado, era el favorito para las siguientes, pero fue asesinado en el centro de Bogotá el 9 de abril de 1948, crimen que desencadenó la revuelta popular conocida como "El Bogotazo".
"Yo no soy un hombre, soy un pueblo" y "El pueblo es superior a sus dirigentes", dos de las frases más recordadas de Gaitán, fueron inmortalizadas junto a su imagen en los billetes de mil pesos como homenaje a su destacada "influencia en la política colombiana del siglo XX", según el Banco de la República.
Discursos contra los élites
Gaitán, llamado "el caudillo del pueblo", estaba convencido de que el poder debía radicar en el pueblo y no en la élite política y económica en una época en que la desigualdad social era evidente y el país ya sufría la violencia entre conservadores y liberales que, con otros actores, se ha prolongado hasta hoy.
"Nosotros no decimos que el hombre debe ser un esclavo de la economía, decimos que la economía debe estar al servicio del hombre", afirmó Gaitán, quien asimismo afirmaba: "Hay que procurar que los ricos sean menos ricos y los pobres sean menos pobres".
Gaitán, que fue presidente de la Cámara de Representantes, Alcalde de Bogotá, Ministro de Educación y de Trabajo, solía destacar la importancia de la educación al expresar: "Un pueblo ignorante es víctima de la incomprensión y la desidia".
El caudillo liberal también abogó por la paz y la justicia social: "Impedid, Señor, la violencia", clamó en uno de sus discursos, así como "Queremos la defensa de la vida humana, que es lo que puede pedir un pueblo".
Igualmente denunció la violencia del Gobierno conservador contra el pueblo, así como la corrupción y la opresión que venían de la oligarquía.
"Ninguna mano del pueblo se levantará contra mí y la oligarquía no me mata, porque sabe que si lo hace el país se vuelca y las aguas demorarán cincuenta años en regresar a su nivel normal", afirmó en una ocasión, unas palabras que han resultado proféticas.
La marcha del silencio
Gaitán no sólo se destacó por su capacidad para cautivar al pueblo con su oratoria, sino que también fue capaz de transmitir mensajes importantes sin necesidad de decir una sola palabra.
Ocurrió el 7 de febrero de 1948, dos meses antes de su asesinato, cuando convocó a una multitudinaria manifestación que se llamó la "Marcha del silencio", en la que los participantes debían guardar silencio para protestar contra de la violencia que azotaba al país.
El único orador de la manifestación, que reunió a cerca de 100.000 personas en Bogotá, fue Gaitán, quien se dirigió al presidente Mariano Ospina y dijo: "Pedimos que cese la persecución de las autoridades y así os lo pide esta inmensa muchedumbre. Pedimos una pequeña y grande cosa: que las luchas políticas se desarrollen por cauces de constitucionalidad".
Sesenta y un días después de esta histórica manifestación, el 9 de abril de 1948, ocurrió el magnicidio, perpetrado cuando salía de su oficina en el centro de Bogotá por Juan Roa Sierra, quien le propinó varios disparos y fue linchado de inmediato por una multitud enardecida, de manera que nunca se pudo saber si actuó solo o si fue mandado por alguien.
EFE